lunes, 14 de julio de 2014



LA ARQUITECTURA AZTECA


IMPERIO AZTECA
El Estado mexica (en náhuatl: Ēxcān Tlahtolōyān), llamado comúnmente Imperio azteca, fue la formación política mexica derivada del proceso de expansión territorial del dominio económico de la ciudad-estado México-Tenochtitlan, que floreció en el siglo XIV en Mesoamérica. Fue encabezado por los mexicas —también conocidos como aztecas—, un pueblo que, de acuerdo con algunos documentos históricos como la Tira de la Peregrinación, era originario de un sitio mítico conocido como Aztlán, al que se suele ubicar fuera de los confines de Mesoamérica. Sin embargo, parece plausible que los mexicas fueran un pueblo de tradición cultural netamente mesoamericana y no los descendientes de grupos chichimecas dedicados a la cacería y la recolección.
Los aztecas establecieron México Tenochtitlan en el centro del Valle de México, expandiendo su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de Hidalgo, y parte de Guatemala. El territorio que se conquistó no fue de un monótono clima, sino que abarcó climas tan variados como el clima polar de alta montaña hasta los climas cálidos. Hubo una gran variedad de ecosistemas desde bosques de coníferas, mixtos, caducifolios hasta los ecosistemas cálidos como lo son las selvas tropicales, desiertos rocosos, selva caducifolia, manglares, bosque tropical, entre otros ecosistemas.

 
 

Los aztecas querían demostrar su poder por ello construyeron edificios monumentales. La arquitectura azteca destaca por su monumentalidad, grandeza y la veneración de la divinidad. La arquitectura azteca refleja los valores y la civilización de un imperio, y estudiar la arquitectura azteca es fundamental para entender la historia de los aztecas, incluyendo su migración de un lado a otro de México y su nueva representación de rituales religiosos. La mejor manera de describir a la arquitectura azteca es como monumental. Su propósito era el de manifestar poder, y al mismo tiempo adherirse a fuertes creencias religiosas. Esto se hace
evidente en el diseño de sus templos, adoratorios, palacios, y casas para las gentes del pueblo.
 
 Los aztecas estaban bien organizados y contaban con una fuerte infraestructura y sistemas que movilizaban gentes y recursos materiales con el objetivo de construir grandes edificios que satisficieran las necesidades de sus pobladores. Tenochtitlán, la ciudad capital, simbolizaba el poder azteca. La arquitectura azteca, que era similar a la de otras culturas mesoamericanas, poseía un innato sentido del orden y de la simetría. Los diseños geométricos y las líneas extensas eran representaciones de dogmas religiosos y del poder del Estado. Además, los aztecas usaron bajorrelieves, muros, plazas y plataformas como medios con los cuales representar a sus dioses e ideales. Durante las distintas épocas del imperio, los aztecas agregaron nuevas técnicas y materiales a sus estructuras. Ejemplos de la monumentalidad y grandeza de los aztecas se hacen evidentes en el Templo Mayor, cuya plaza podía dar cabida a 8,000 personas, y en el mercado de Tlatelolco, que podía albergar a 20,000 personas en los días de mercado. La adaptación arquitectónica azteca y su ingenio pueden verse en Malinalco, donde hay un templo que fue esculpido en la roca misma y que quedó integrado a una montaña.

 Tenochtitlán, capital del imperio fue construida sobre pequeñas islas y tierra pantanosa. Llegó a albergar 200.000 personas. El tipo de construcción más original de la arquitectura azteca fueron los templos gemelos, con doble escalinata de acceso. Los centros Tlatelolco y Tenochtitlan son los principales referentes de la arquitectura azteca. La arquitectura azteca estaba fuertemente influenciada por los toltecas de Colhuacan, los tepanecas de Atzcapotzalco, y los acolhuas de Tetzcoco.

La arquitectura azteca, que era similar a la de otras culturas mesoamericanas, poseía un innato sentido del orden y la simetría. Los diseños geométricos y las líneas amplias eran representaciones del dogma religioso y del poder del Estado. Además, los aztecas utilizaron en su arquitectura bajorrelieves, muros, plazas, y plataformas, como medios para representar a sus dioses e ideales.

 
 





 OBRAS DE ARQUITECTURA AZTECA

 
Templos.
Debido a su importancia religiosa, la construcción de templos (similares a las pirámides egipcias) fue uno de los deberes arquitectónicos más importantes para los aztecas. La mayoría de los templos tenían una plataforma; una larga, ancha y empinada escalera doble en el centro; balaustradas a los lados de los escalones, y decoraciones hechas con bloques tallados en formas geométricas en bloques de piedras. Cabezas de serpientes esculpidas en piedra adornaban la plataforma y las balaustradas. A diferencia de las pirámides egipcias, las partes superiores de los templos eran planas en lugar de ser en punta. Los templos tenían una habitación trasera que contenía un ídolo del dios al cual el templo estaba dedicado y una habitación más pequeña para el sacerdote.

 


Palacio real.
El palacio de Moctezuma II, grande, elaborado y altamente complejo, fue uno de los edificios más notables del imperio azteca. Ocupaba cinco acres (12,35 hectáreas), tenía dos plantas y un gran patio, jardines, un aviario, un zoológico y baños. Tenía varias habitaciones grandes, columnas en la planta baja para sostener al primer piso y una escalera hecha de mármol ubicada directamente en el centro del palacio. Tenía una "cámara de recepción" donde el emperador se reunía con los nobles, viajeros y otros oficiales y una "sala principal de reuniones" donde recibía importantes noticias de sus mensajeros. El palacio también albergaba los aposentos personales del emperador y tenía un "sala de tributo" que era usada para guardar los regalos que este recibía.



Casas.
Las personas como los alfareros, los tejedores, los joyeros, los granjeros y los pescadores vivían en casas hechas con ladrillos de adobe, madera y paja. Sus casas, similares a las de los nobles, pero más pequeñas y menos decoradas, tenían tejados inclinados de paja. Por lo general, tenían un piso alto y no tenían puertas, ya que los ladrones no eran un problema, y estaban formadas por dos estructuras. La primera comprendía una habitación dividida en una zona para dormir, una cocina para preparar los alimentos, una zona para comer y una que servía de santuario para los dioses. La segunda estructura era un baño de vapor y junto a él se encontraban una chimenea y un fogón. 
 


Santuarios.
Numerosos santuarios, conocidos como adoratorios, fueron construidos en todo el imperio por los aztecas ya que, al ser politeístas, deseaban tener santuarios para adorar a cada dios en particular. Los santuarios eran construidos en los peñascos y la mayoría tenía forma circular con una habitación cortada del peñasco que tenía en el centro una mesa redonda, usada para colocar las ofrendas para el dios. A menudo se construía una estructura contigua para proporcionar más lugar para todas las ofrendas para el dios. La estructura tenía una habitación circular hecha de tierra prensada, que era usada para quemar las ofrendas al dios.

 
 
Ciudades capitales.
El trazado general y la arquitectura de las ciudades-capitales de los aztecas estaban planificados formalmente alrededor de un centro, con viviendas dispersas al azar en las afueras de la ciudad. Los edificios estaban orientados cosmológicamente. En el corazón de la ciudad había una plaza pública rectangular con edificios cívicos y religiosos en sus extremos. La mayoría de los templos, adoratorios y templos piramidales se encontraban en esta área. Más allá de la zona central, había mercados, viviendas, escuelas, y otros edificios dispersos al azar.
 
 



Canchas de Juego de Pelota
 Las canchas de juego de pelota fueron utilizadas para jugar el famoso juego de pelota mesoamericano, y por lo general estaban construidas siguiendo la tradicional, si bien se daban algunas variaciones. La cancha de juego de pelota se llamaba tlachco, y el juego que se jugaba en la tlachco era el tlachtli o ullamaliztli. El tlachtli formaba parte de una antigua tradición global mesoamericana, y todavía se juega en algunas partes de México. Para los aztecas, el juego de pelota
era el deporte más importante que encarnaba la recreación y el ritual religioso, y cada vez que los aztecas instalaban un asentamiento, su primer acto consistía en construir un adoratorio para Huitzilopochtli y contiguo a éste, una cancha de juego de pelota. El mito de Coatepec refleja el cotidiano combate cósmico entre el sol (la luz y la vida) y los cuerpos celestes de la noche (la muerte y la oscuridad) y la permanente victoria del sol que posibilita la continuidad de la vida en el universo. El movimiento de la pelota era una metáfora del drama del culto del sol en movimiento a través del cielo, y tenía la intención de reflejar los eventos celestiales sobre la Tierra.

 

 
 
 
Acueductos y represas
Las importantes ciudades de Tenochtitlan y Tlatelolco fueron erigidas sobre pequeñas islas pantanosas a lo largo del Lago Tetzcoco. Dichas islas cenagosas contaban con una cantidad limitada de agua potable, de manera que hubo que construir un acueducto para transportar agua dulce sobre el lago, desde los manantiales que se encontraban en tierra firme, en Chapultepec. Los aztecas también crearon extensos canales para irrigar los campos, y en la época del rey Motecuzoma I, el rey Netzahualcoyotl de Texcoco construyó un dique o represa que protegía a Tenochtitlan de las inundaciones que resultaban muy destructivas durante las temporadas de fuertes lluvias. Estas sofisticadas obras hidráulicas constituyeron algunos de los logros más impresionantes de la tecnología azteca.
 
 
 
Mercados.
Todas las ciudades importantes tenían prósperos mercados cerca de, o junto al templo principal situado en el centro de la comunidad. Según los cronistas españoles, la ley azteca exigía que uno fuera al mercado y que llevara provisiones a la ciudad. Nada podía venderse camino al mercado por temor a que el dios del mercado castigara al infractor; esto era puesto en práctica por medio de severos castigos por parte de la ley. Los mercados eran importantes no sólo para la prosperidad económica de la ciudad, sino que funcionaban también como lugares de encuentro para reunir información, por ejemplo acerca de rumores de rebelión o ataques por parte de pueblos vecinos, como ocurría durante los primeros años del imperio. Si bien los mercados y sus respectivas plazas no incluían edificios inmensos como el Templo Mayor o los palacios, son importantes para la arquitectura de los aztecas en términos de su ubicación, trazado, e implicaciones cosmológicas.



 

 



MATERIALES Y TÉCNICAS DE CONSTRUCCIÓN

 Los aztecas eran diestros constructores y artesanos que usaron cinceles, piedras duras, y navajas de obsidiana a modo de herramientas. Muchos de los materiales usados eran los mismos que se usaron durante alrededor de dos mil años en el valle central de México. Sin embargo, en las construcciones más recientes de Tenochtitlan, los aztecas comenzaron a concentrarse en la solidez de sus edificios, debido al subsuelo que paulatinamente se iba hundiendo. Como resultado, se usó ampliamente el tezontle, una piedra volcánica fuerte y liviana. El tezontle era muy popular porque resultaba fácil de tallar y su textura y color eran atractivos. Se usó en la construcción de edificios monumentales, como relleno de muros, y para hacer techos. Los aztecas atribuyeron la gran cantidad de piedra de tezontle a la destrucción del mundo, según la Leyenda de los Soles, la cual explica que durante la era del tercer sol (tletonatiuh) hubo una lluvia de fuego que destruyó el mundo, dejando el tezontle en la superficie. Otra técnica popular que se empleó para evitar el hundimiento de la ciudad fue el uso de plataformas como cimientos, o encajar pilotes de madera en la tierra, en apretada formación. Esto quedó a la vista durante las excavaciones.

El metal (con la excepción del cobre) era desconocido para los aztecas. Se usaron cuerdas, cuñas, u otros medios para cortar la piedra, en tanto que la arena y el agua se utilizaban comúnmente como abrasivos. La mayoría de los materiales de construcción usados por los aztecas eran de la región o los adquirían por medio del comercio. En Tenochtitlan, los manjares de las ciénagas tales como las ranas, los peces, y las algas, se trocaban por materiales de construcción como las rocas y el relleno. Las rocas y los rellenos se usaban para ampliar y estabilizar las pantanosas chinampas (parcelas de tierra que se usaban para la agricultura). El escombro, el mortero, el adobe, y la cal para hacer estuco también se usaban en forma habitual. La piedra suelta y el escombro se importaban de las regiones costeras. Fuera de Tenochtitlan, las gentes usaban madera de los bosques deshabitados. El pino y el roble se usaban comúnmente para hacer vigas de soporte y jambas de puertas. Los aztecas eran tan adeptos a trabajar y tallar la piedra que los españoles, en una época posterior, utilizaron y combinaron los artistas indígenas con sus propios artistas, que usaban herramientas de metal en la construcción de edificios coloniales, lo que dio como resultado el tequitqui o arte mestizo de México



 
 


 
 
 
 


 
 
 





 
 
 
 
 
 
 


 




 

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